25 de junio de 2012

Nube de Tinta, nuevo sello de RHM


Hoy os presento un nuevo sello editorial que llega con las ideas muy claras: Nube de Tinta, que afirma en su eslogan que «El placer de la lectura no tiene edad». En efecto, este nuevo sello de Random House Mondadori nace con el reto de intentar llegar a un amplio abanico de lectores, y para ello escogen «voces tiernas, originales, evocadoras, inocentes; personajes que nos hagan pensar y reflexionar, que nos dejen huella, vivan retos, se comprometan, defiendan valores o bien sean ejemplos de superación, coraje y esfuerzo».

Nube de Tinta pretende lanzar novelas que cumplan «todos los requisitos para convertirse en libros de cabecera de muchas casas, en libros que se recomienden, en libros que nos hagan reflexionar y que recordemos con una sonrisa». Así, las dos primeras apuestas de la editorial son Memorias de un amigo imaginario, de Matthew Dicks, y Bajo la misma estrella, de John Green. La editorial me ha enviado este último libro como parte de la campaña de promoción, así que ya estoy deseando empezarlo para contaros mi opinión al respecto, aunque después de todo lo que he leído en el material de promoción ¡las expectativas son altas!

De todas formas, parece ser que la fama precede a la novela Bajo la misma estrella: en Estados Unidos salió un primer tiraje de 350.000 ejemplares, subió al puesto número 1 en todas las listas en la primera semana (tanto en adultos como en juvenil) y obtuvo una venta de 60.000 ejemplares (que se dice pronto, y más en los tiempos que corren) en esa primera semana.

Para que vayáis abriendo boca y os empiece a tentar este nuevo sello editorial, aquí os dejo el vídeo promocional. A mí me resulta de lo más evocador… Me encanta la frase de «para los que leen […] porque un libro los encuentra a ellos». En el vídeo, por cierto, podréis ver qué otros títulos publicará Nube de Tinta aparte de estos dos que os he comentado.

                                          



Por último, quiero agradecer a Random House Mondadori y a Bloguzz que me hayan mandado el libro para reseñarlo. Os dejo una foto de la bolsa y el libro como me llegaron: no sé si veréis en la foto que el libro llegó en una cajita rodeado de una nube de algodón. Además, venía acompañado de una tarjeta con mi nombre escrito con la misma tipografía que aparece en la cubierta del libro. ¡Todo muy bien pensado!



Así que ya sabéis. Nube de Tinta: «Para los que leen, en papel, en digital, desde la nube, para estar en las nubes…». ¡Feliz lectura!

24 de junio de 2012

La lluvia amarilla (cita)

Este fin de semana he releído La lluvia amarilla, ese magnífico libro de Julio Llamazares (mi reseña, aquí), y os dejo un par de citas para que veáis el tipo de prosa que encontraréis en él:

«Pronto llegó noviembre con su pálido aliento de lunas y hojas muertas. Los días fueron haciéndose más cortos cada vez y las interminables noches junto a la chimenea comenzaron a sumirnos poco a poco en un profundo tedio, en una pétrea y desolada indiferencia contra la que las palabras se deshacían como arena y en la que los recuerdos daban paso casi siempre a inmensas extensiones de sombra y de silencio. Antes, cuando aún estaban Julio y su familia (y, antes aún, cuando Tomás todavía no había muerto y sostenía tenazmente en solitario la vieja casa y la memoria de Gavín), nos reuníamos todos en una de las casas, junto a la chimenea, y, allí, durante largas horas, mientras la nieve y la ventisca gemían en lo alto del tejado, pasábamos las noches del invierno contándonos historias y recordando personas y sucesos, casi siempre de otro tiempo. El fuego, entonces, nos unía más que la amistad y que la sangre. Las palabras servían, como siempre, para ahuyentar el frío y la tristeza del invierno. Ahora, en cambio, a Sabina y a mí, el fuego y las palabras nos volvían más distantes, los recuerdos nos hacían cada vez más silenciosos y lejanos. Y, así, cuando llegó la nieve, la nieve estaba ya, desde hacía mucho tiempo, en nuestros propios corazones.»

«El tiempo acaba siempre borrando las heridas. El tiempo es una lluvia paciente y amarilla que apaga poco a poco los fuegos más violentos. Pero hay hogueras que arden bajo la tierra, grietas de la memoria tan secas y profundas que ni siquiera el diluvio de la muerte bastaría tal vez para borrarlas. Uno trata de acostumbrarse a convivir con ellas, amontona silencios y óxido encima del recuerdo y, cuando cree que ya todo lo ha olvidado, basta una simple carta, una fotografía, para que salte en mil pedazos la lámina del hielo del olvido.»

15 de junio de 2012

El sueño eterno

El general Sternwood, un débil anciano que prácticamente tiene un pie en la tumba, contrata al detective privado Philip Marlowe para solucionar un tema familiar relacionado con sus atractivas y díscolas hijas, Vivian y Carmen. Lo que en un principio parece un chantaje que pretendía llevarse un pellizco de la fortuna del general acaba destapando una serie de asesinatos, de asuntos turbios y de posibles sospechosos, mientras el lector asiste maravillado a los magníficos diálogos del libro y a las reflexiones del cínico, inteligente e incorruptible Marlowe.

Raymond Chandler escribió El sueño eterno relativamente tarde, cuando ya contaba 51 años y, aunque había publicado relatos antes, fue esta su primera novela, en la que se estrenaba además el personaje de Philip Marlowe. En cuanto al libro, la trama me ha despistado por los continuos giros que da (y porque me costó seguir la jerga del género en inglés), pero está narrado en primera persona por Marlowe, y solo por leer los irónicos diálogos y las cínicas reflexiones del protagonista ya vale la pena hacerse con este libro.


Título: The Big Sleep | Autor: Raymond Chandler
Fecha inicio: 08.05.2012 | Fecha fin: 01.06.2012

2 de junio de 2012

Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible

Publicada en 1824, esta novela epistolar recoge los angustiosos sentimientos de la narradora, que la noche anterior ha visto a su amante desaparecer en la calesa de otra mujer a la salida de la ópera. Durante un día entero, le escribe a su amante hasta 46 cartas: mientras conjetura acerca del significado de lo que vio la noche anterior, el lector es testigo de todos los sentimientos que asuelan el alma de la mujer. Desconcierto, desconfianza, celos, ira, amargura, abatimiento, calma pasajera, desconsuelo… En torno a los escuetos hechos que conoce (el acontecimiento de la ópera y los rumores de una boda secreta celebrada por la noche en el campo), la narradora conjetura acerca de lo que ha podido pasar y el lector la acompaña en sus pensamientos obsesivos acerca del objeto de su amor.

Desde que descubrí esta novelita quise leerla, porque, admitámoslo, ¿quién no ha pasado una tarde así, conjeturando acerca de un determinado hecho amoroso y dejándose llevar cada vez más lejos por la imaginación (y alejándonos cada vez más de la razón)? No me ha defraudado en absoluto, porque el estilo de la autora, que escribe cartas a su amante pero que en ocasiones parece que apela directamente a cada uno de los lectores, engancha desde la primera página. Sin embargo, me había hecho una idea equivocada porque pensaba que, en ese lapso de veinticuatro horas, la narradora no recibía ninguna información del exterior y todo lo que plasmaba en las cartas era fruto de sus conjeturas. Pero no es así: llega incluso a salir de su casa para recabar una valiosa información y al final recibe noticias que aclaran el desenlace de la historia. Yo pensaba que el lector se quedaría sin saber lo que ocurría al final y debo decir que quizá habría sido un final más acertado. De todas formas, la novela me ha encantado y me gustaría releerla de nuevo, esta vez de un tirón, porque es perfectamente factible y un plan ideal para una tarde de verano.

En cuanto a la autora, Constance de Théis nació en Nantes en 1767 y recibió una excelente educación: empezó a ser conocida  por sus poemas ya desde los 18 años. Se casó en segundas nupcias con Joseph de Salm-Reifferscheidt-Dyck, que más adelante sería nombrado príncipe de Salm por el rey de Prusia, por lo que Constance acabaría recibiendo el título de princesa de Salm-Dyck en 1816. Organizó en su casa de París un salón literario de ideología liberal donde recibió a nombres como Alejandro Dumas o La Fayette. La guerra le obligó a retirarse al castillo de su esposo en Renania, donde contó con el tiempo y la calma necesarios para concluir esta novela.

Dejo para terminar dos fragmentos de la novela. En el primero la propia autora describe su novela brevemente; el segundo forma parte de una de las cartas y da una idea del tono que emplea la narradora:

«[Esta pequeña novela] La empecé hace más de veinte años. Le daba, a la sazón, y sigo dándole, poca importancia. Sometiéndome a la ley de no escribir ni una sola palabra que no estuviese dictada por el sentimiento o por la pasión, haciendo sentir, en el breve espacio de veinticuatro horas, a una mujer vivaz y sensible todo lo que el amor puede inspirar de embriaguez, de turbación y, sobre todo, de envidia, tan solo quería hacer una novela sobre una idea que me gustaba, dando con ella respuesta a algunas recriminaciones que me habían sido dirigidas acerca del tono serio y filosófico de buena parte de mis libros.»

«¡El amor…! ¿Qué es el amor…? Un capricho, una fantasía, una sorpresa del corazón, tal vez de los sentidos; un encantamiento que se derrama sobre los ojos, fascinándolos, que se apega a los rasgos, a las formas, a la vestimenta incluso de un ser que solo el azar nos lleva a encontrar. ¿Que no lo encontramos? Nada nos advierte de ello, nada nos turba… Seguimos viviendo, existiendo, buscando placeres, encontrándolos, proseguimos con nuestra carrera como si no nos faltara ¡nada! El amor no es, pues, una condición inevitable de la vida, no es más que una circunstancia de ella, un desorden, una época… Pero ¿qué estoy diciendo? ¡Es una desgracia! Una crisis… una crisis terrible… que se pasa, y eso es todo.»


Título: Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible | Autora: Constance de Salm
Fecha inicio: 28.04.2011 | Fecha fin: 06.05.2012